Con la sostenibilidad en el foco de la industria logística y el aumento de normativas que instan a los diferentes actores del sector a tomar medidas para la descarbonización, los combustibles alternativos como el GNL comienzan a abrirse paso en el transporte de mercancías.
GNL como combustible sostenible en el transporte marítimo
El GNL o gas natural licuado ha cobrado especial protagonismo como combustible alternativo en los últimos años. En 2018 la matriculación de vehículos a gas en España se incrementó en un 146%, fabricados principalmente por empresas como Iveco, Volkswagen y Seat.
Pero no solo el transporte por carretera se está abriendo al uso de GNL como combustible alternativo: también está cobrando fuerza en el transporte marítimo. Con la llegada de la norma IMO 2020, con la cual la Organización Marítima Internacional insta al sector marítimo a reducir las emisiones de azufre al 0,5%, frente al 3,5% fijado con anterioridad, el uso de GNL se erige como una posible solución para cumplir con los nuevos límites.
En 2018 estuvieron en servicio 143 buques propulsados por GNL, y se prevé que la cifra alcance los 1000 buques en 2020. Una de las ventajas que presenta el GNL es que se trata de un combustible notablemente más económico, sin embargo requiere de cambios en el motor de los buques para poder utilizarse, lo que supone una inversión previa.
Países como Holanda, Alemania y Bélgica cuentan ya con instalaciones adaptadas para impulsar el uso del GNL en el transporte marítimo, y los puertos españoles están trabajando para potenciar su uso facilitando el repostaje en sus instalaciones. Los puertos de Barcelona y Bilbao ya tienen capacidad de suministrar GNL en las modalidades ship to ship, pipe to ship, truck to ship y container to ship. En total fueron 60 las operaciones de bunkering que se realizaron en España a lo largo de 2018.
GNL: Ventajas e inconvenientes
Como ya recogíamos anteriormente, una de las ventajas del GNL respecto al crudo y los derivados del petróleo reside en su precio, más de un 40% inferior. Asimismo, permite reducir las emisiones lanzadas a la atmósfera en un 30% y cumplir, por tanto, con los límites impuestos por la Organización Marítima Internacional.
Respecto a los inconvenientes, cabe destacar que, si bien es cierto que su precio es más económico, requiere de una inversión para adaptar los motores de los buques a su uso, como mencionábamos en párrafos anteriores. Por otro lado, se trata de un combustible que aún no está del todo extendido, y solo algunos puertos cuentan con instalaciones adaptadas a su uso, lo que puede dificultar su implementación. Por otro lado, es necesario prestar atención al proceso de combustión del GNL, ya que contiene un alto porcentaje de metano que, si no se quema correctamente antes de ser liberado a la atmósfera, tiene efectos adversos sobre el Medio Ambiente.
En conclusión, con sus ventajas e inconvenientes, lo que está claro es que el gas natural licuado sigue adentrándose en el sector como una fuerte alternativa para mejorar la sostenibilidad del transporte de mercancías.
